2015/12/08

LA RESPONSABILIDAD DEL ESCRITOR

Hay noticias que se pueden leer del derecho o del revés, como esta, cuyos antecedentes te ocasionaron un bloqueo mental constatable al contar los días que transcurrieron sin dejar por aquí constancia de tus andanzas o de tus preocupaciones. http://www.elcomercio.es/asturias/201512/05/firma-queda-remedio-reconocer-20151205005156-v.html

Te alegras enormemente del error y de da ocasión para meditar en voz alta o en letra impresa sobre la responsabilidad del historiador que escribe sobre vivos que pueden corregir o sobre muertos a quien ya nadie ampara o cuya memoria nadie gasta energías en limpiar. Tú mismo, muy modestamente, puedes incurrir en excesos por no cotejar datos, por no aplicar la lógica aristotélica o tomista al sacar conclusiones o porque intentas convencerte de que teniendo tan pocos seguidores no te es exigible el mismo rigor que si tus escritos estuvieran predestinados a convertirse en un best seller.

No deseas, sin embargo, pasar de puntillas sobre el fondo del asunto, y es que si no fue verdad, podría haber sido, y en ese caso te da pie a meditar nuevamente sobre la prescripción (el olvido) penal y la prescripción (el olvido) civil, pero no entendida esta en un sentido jurídico, sino en su acepción vital.

En un viaje de ida y vuelta, cuando terroristas confesos se sientan y asientan orgullosos y perdonados en las cúpulas del poder de sus territorios exclusivos y excluyentes, piensas por qué tenemos que ser más escrupulosos con quienes dentro de una escala tan doblemente jerárquica como son la militar y la fiscalía no hicieron más que cumplir la función que el derecho encomendaba a cada uno. Seguramente hubo héroes que desafiaron aquella realidad opresiva, tú admiración para ellos, pero eso no convierte en villanos al resto.

Una última reflexión sobre la debilidad humana, o mejor, sobre tu debilidad humana, la tuya. Te preocupa no tener a tus años un criterio definido sobre el bien y el mal, sobre lo que conviene y lo que perjudica, las estacas a las que agarrarse, el faro que orienta tus pasos. Sirve este meditación para el ámbito laboral, el familiar, el político, el religiosos y el más cotidiano de relación con amigos y conocidos.


No en vano este blog se llama como se llama. Buridán, el hombre (o el asno) que duda. 

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