2014/12/31

MÁXIMO

Está feo autocitarse pero alguna vez hay que hacerlo. En este caso para recordar al humorista Máximo, recientemente fallecido.


Después de aquella entrada, cuando un ABC caía en tus manos buscabas siempre la viñeta de Máximo, pero no siempre la encontrabas quizá porque no publicaba a diario o quizá por problemas de salud.

Alternando estos días con un amigo, al que sabes conocedor de los entresijos de EL PAÍS por suscriptor y voraz lector, volvías a preguntarle/te por los motivos que hubieran llevado a Máximo a cambiar de medio. Este paisólogo apuntaba que seguramente por la serie de viñetas que periódicamente publicaba bajo el rótulo de Diario Regio. Te sorprende por las connotaciones monárquicas de ABC, pero será.


Lo cierto es que, contra lo que ocurre con otros tránsfugas (le queda mal a Máximo este apelativo peyorativo), de Máximo solamente se oyeron elogios, mayores si cabe en el entorno de su periódico de procedencia, que ante otras muertes oculta la noticia bajo un manto de silencio.

2014/12/22

ESTRELLAS DE LA NAVIDAD (Cuento de Navidad)

Homenaje atrevido a William Faulkner

Siempre empiezan por mí. Tardaré casi un año en contemplar desde lo alto las típicas películas de Navidad, en presidir la cena de Nochebuena, en pasar a oscuras las noches cuando el último en acostarse accione el interruptor y cesen mis destellos policromados e intermitentes. 

Se oyen pasos. Alguien se acerca. Meten la llave. Abren la puerta metálica, que arrastra desde siempre. Encienden la luz. No recuerdan que estoy en la caja grande de Hipercor. No, esa no es. Ahora me cogen, me balancean, me giran, me posan en el suelo.

Colocaron ya la caja vacía al pie del árbol. Pronto estaré dentro. Este año cambiaron la bolsa de plástico. Ahora es amarilla, del supermercado próximo. Es una bolsa nueva. Pasé lustros en una muy ajada y descolorida. Ya me metieron. Junto a mí depositan con sumo cuidado la bola rosa de arandela metálica, la superviviente de la serie.

Me llevan en brazos con dificultad. Cierran la puerta. Estoy subiendo en el ascensor. Llegamos. Me dejan en el parqué del salón. Está caliente. Seguro que pasan por debajo los tubos de la calefacción.

En el último trasiego se rompió la hermana inseparable de tantos años. También llega la verde jaspeada de ocres. ¡Cuidado, que chocamos! Uf, libramos. Nos separaron de las tiras de peines de papel metalizado, también de las guirnaldas y de las luces. Desde siempre formábamos un revoltijo indescifrable.

Aunque la mesa auxiliar estrena ubicación creo que me situaré encima. Estoy más esquinado, más discreto, pero me gusta el rincón, junto al árbol, con quien tantos meses paso en la oscuridad y casi siempre en el más absoluto silencio.

En este invierno ya no colgaron tarjetas de originales dibujos y escenas. Sin embargo, los más jóvenes tuvieron una idea novedosa: imprimieron los correos y los guasap y los situaron en las ramas al modo de las antiguas postales navideñas.

Dicen que está prohibido coger musgo, pero veo que lo volvieron a conseguir. Entre la mesa y el musgo colocaron una lámina muy fina de madera, que alarga la vida de la planta. ¡Buena idea!, así se puede reinjertar en el campo dentro de unas semanas. El río de plata corre en dirección contraria a otros años. ¡Está bien, era muy monótono siempre igual!

Acaban de entrar las cajinas de obsequios, las manzaninas, los lacinos, todo colocado y en orden. Nos despedimos del árbol, el mismo árbol de siempre, que volverá furtivamente a ser plantado en el bosque. El año que viene volveremos a ver un carrasco milagrosamente joven.

El castillo de Herodes cambió de posición, lo veo perfectamente desde encima del portal, también me fijo en un camello nuevo, que sustituyó al accidentado en la última Navidad, los reyes siguen con sus barbas. A todos oriento desde mi posición privilegiada. El molino ya no lleva agua, pero el herrero machaca mecánicamente en la fragua.

Me cierran, me envuelven bien para que no entre el polvo. No respiro. Estoy bajando en el ascensor. Llego al trastero.

En el fondo del establo se guarecen el buey y la mula. Junto a la cuna, María y  José.

Me dejan en la balda. Cierran con llave. Se oyen pasos. Se alejan.  Acabó la Navidad.

Colocan con primor entre algodones al Niño Jesús. Comienza la Navidad.




2014/12/15

EL TIMO DE PALOMA SAN BASILIO

Hace tiempo se anunció un concierto de Paloma San Basilio en la Laboral de Gijón. Sin que te chifle, te gusta Paloma, estilosa, pelín sofisticada, canta y se mueve bien por el escenario y por eso te inclinaste por el sí, además de acompañar a tu mujer y tu hija.

Es cierto que el público aplaudió y no exteriorizó ningún gesto de descontento, pero lo que se oyó a la salida fue que aquello había sido un timo porque el concierto corrió en realidad a cargo de los niños del coro, que lo hicieron mucho mejor, en tu opinión y en la de alguno más, de lo que Cuca Alonso, la periodista rosa de La Nueva España, reflejó en su crónica de sociedad.



El timo se comprueba en la propia entrada, que no anuncia a los chicos del coro con Paloma sino a Paloma con los Chicos. En las legras grandes va Paloma.

En las primeras canciones Paloma estuvo insegura, no llegaba, realmente desafortunada, luego se fue afianzando. Por cierto, los chicos del Coro lo bordaron en alguna canción polifónica (dice Cuca que a una sola voz ¿estuvo en las butacas o se quedó por la trastienda?), aunque los de tu coro en excedencia, el Reconquista, incluyen en su repertorio bastantes temas de los interpretados ese sábado y no desmerecerían en absoluto.

A partir de ahora, Paloma será la del timo de la Laboral.



2014/12/14

RECIBIÓ LOS SANTOS SACRAMENTOS Y LA BENDICIÓN…

(Otra de esquelas)

La práctica totalidad de las esquelas incluyen la mención de que el finado recibió los santos sacramentos y la bendición  de su santidad. No siempre fue así.

En los primeros años del siglo XIX no había periódicos donde publicar las esquelas de los difuntos de Puente de los Fierros. Si se anunciaban de viva voz, supliría el aviso la anotación de sacerdote en los libros parroquiales, que se ocupaba más de la realidad que de los formalismos estilísticos. Loa aficionados a los legajos agradecemos, llegado el caso, la crudeza.

Es lo que se lee en las observaciones referidas a algunos enterramientos.

- Julián García en 1812: "Cayó de una pared. No recibió sacramento alguno porque muy luego del golpe le sobrevino la muerte por habérselo rompido (a lo que parece) los intestinos”.

- Francisco Montero en 1813: “Enfermedad natural. No pudo recibir los sacramentos por haberle dementado una fiebre fuerte y sin intermisión que a pocos días le acabó la vida, que ha tenido siempre inocente en el común concepto”.

- Francisca de Celis en 1815: "Flujo fuerte de sangre de un parto. Aunque me se llamó para confesarla fue tan tarde, que ya había expirado”.

-  Josefa Requejo en 1816: “"Enfermedad y muerte repentina. Tiempo había estado enferma y los demésticos se disculpaban de este descuido con decir que pocos minutos antes de su fallecimiento no indicaba el menor peligro ni tener más novedad que en muchos días anteriores.”


Hoy día se agradece encontrar algunas esquelas prudentes al no incluir cláusulas de estilo que darían que hablar.



2014/12/13

UNA ESQUELA QUE NO QUERRÍAS PARA TI

Exactamente, una esquela así no la querrías ni dentro de veinticinco años ni dentro de uno. Aspiras a que tu descendencia tenga un buen recuerdo de ti, pero no a que pasados veinticinco años del fallecimiento sigan desconsolados.

Pocos desconsolados se encuentran hoy en las esquelas, y no es solo una moda. Seguramente la tristeza ante la muerte es hoy menor que hace medio siglo. Influiría el luto, que anima a la postración; también las estrecheces económicas, que añadían tragedia económica al dolor sentimental. Hablamos del desconsuelo del primer día.


Ante esquelas así algún trasfondo tiene que haber pero ¿quién lo pone negro sobre blanco?

2014/12/11

EL PRIMER PROTOTIPO

Leyendo la portada del periódico líder (no el segundo líder sino el primero), mientras tomabas una botella de sidra y un pincho de picadillo en el Fontán, tras tiempo de pertinaz lluvia disuasoria, tuviste que dar la razón a Arturo Pérez-Reverte, que tan antipático te resulta por su iracundia con frecuencia injustificada y refractaria al arrepentimiento, cuando asegura con su verbo tonante que el Estado abandonó a la RAE. Crees entender que con unos presupuestos más generosos, la Academia hará de parapeto contra el avance de las lenguas ibéricas separatistas, es más, pasaremos al contraataque hasta vencer al parlante díscolo.

Si de bilogía hablamos te cuesta creer en un segundo protozoo, o en un segundo protagonista si pensamos en el chavalín de la película, o en un segundo protomártir asturiano después de San Melchor. Por lo mismo no te imaginas que haya un colista penúltimo, ni que después del postrer adiós quepa nueva despedida.

Visto el titular, parece concebible un segundo prototipo ya que este de Gijón es el primero. Lógico, porque en Gijón siempre fueron muy gijonudos, quizá este segundo prototipo corresponda a Oviedo, segunda en población y en el escalafón futbolero.

Por lo menos aprovechaste para ilustrarte acerca de la curiosa etimología de del prefijo proto- : del griego antiguo πρωτο- (proto-), forma combinatoria de πρτος (prõtos), "primero"a su vez superlativo de πρό (pró), "antes", del protoindoeuroepeo *perə, "frente".

Con Arturo Pérez-Reverte, de frente sobre el hombro con la RAE por proto-bandera.




2014/12/09

LOS NECESARIOS RELEVOS

Debatías en una agradable velada con unos amigos de Galicia (pero no gallegos) acerca de la dificultad de mantener la independencia cuando se conoce a tanta gente. Hay que estar dotado de una gran fortaleza moral y mental para mantener el tipo y no dejarse influir por las circunstancias de amigos y conocidos, eso dando por supuesto que la corrupción está en una fase superior, pero pasitos hacia la corrupción hay muchos y a veces imperceptibles.

Estás convencido. No es bueno permanecer mucho tiempo en cualquier puesto. Se acostumbra uno a comprender lo que no hay que comprender, a compadecerse de que lo que no merece dos compasiones, quizá solamente una.

Por eso te gustan las declaraciones del juez asturiano Moreno-Luque, que encabeza el tribunal canario que en breve dictará sentencia sobre las prospecciones petrolíferas en Canarias. En tus tiempos de estudiante, corrían rumores sobre el pasado político de los Moreno-Luque. Si somos republicanos, lo que hayan hecho los padres, allá ellos.


En definitiva, estás de acuerdo con las declaraciones de Moreno-Luque, eso sí, hace falta valor para llevarlas a cabo en todos los escalones de responsabilidad.

ARROPAR

Te gusta el verbo, máxime en este tiempo frío y desapacible. Procurarás utilizarlo si te ves en la situación de la Consejera salvando las distancias.

¿Qué malo puede haber en arropar, en acercar una manta al desvalido que, acurrucado en el suelo, te mira tiritando de frío, incluso echarse junto a él en una esquina, compartir la prenda y darse mutuamente calor? Se acerca la Navidad y lo contrario sería de desalmados.

Rebuscando maliciosamente en el diccionario, para arropar se encuentran otros significados: abrigar, tapar, proteger, amparar.

Tapar. Feo asunto si arropar es sinónimos de tapar, aunque sea una vez, sin querer y de refilón.

¿Defendió Lendoiro a los ultras en la misa por el ultra calavera y calaverado? ¿o simplemente los arropó evangélicamente como la Consejera a los ganaderos? No te parece que Lendoiro estuviera tapando lo que ya estaba descubierto. Pues por arropar quedó excluido de sus funciones en la Liga de Fútbol Profesional. Decían que tenía que haberse conformado con mostrar sus condolencias en privado.

Volvamos a la Consejera y al Principado. Dicen que los ganaderos no son un colectivo defraudador. Por exclusión se conoce que alguno sí lo es ¿los constructores, los fontaneros, los mineros, los ferroviarios, los comerciantes?


Defraudador defraudador no será ningún colectivo de nacimiento, pero la costumbre de ayudas públicas (¡legítimas, eso sí!), es un caldo de cultivo favorable que acaba necesitando arropamientos.

2014/12/01

SUPUESTAMENTE

Supuestamente no existe en el diccionario, aunque bien es verdad que tampoco se recogen, salvo excepciones, los adverbios terminados en –mente. No está recogido, pero cuando lees supuestamente sacas la conclusión de que el emisor desconfía de una versión y que alguien miente. Ejemplo: el autobús salió tarde porque supuestamente se durmió el conductor. Se da a entender que de eso nada, que no se durmió, que el motivo es otro más inconfesable.

Este domingo, en LNE, no en la sección de cartas al director, donde tiene acceso cualquiera, sino en la más selecta y selectiva de Tribuna, dan cancha a un médico para opinar de ferrocarriles y trenes.

Por tu tarea profesional tienes que transmitir internamente quejas externas, pero si quieres hacerlas creíbles y útiles las afeitas, las maquillas y les quitas esas gotas de bilis o de simple falsedad que irritan y predisponen en contra al receptor final, al que tiene que tomar medidas para las rectificaciones que sea menester.

Si lees que un retraso es debido supuestamente a las obras del AVE, entiendes que el autor está diciendo que eso es falso, que se deben a otro motivo inconfesable.

Si lees que ir sentado en sentido contrario a la marcha origina una “auténtica tortura”, te tientas la ropa meditando sobre el significado de las palabras auténtica y tortura.

Si lees que llega con treinta minutos de retraso a Chamartín “sin parada o incidencia alguna que lo justificara” te ahorras el comentario porque motivos siempre hay.

Si lees que todos los semáforos del Pajares estaban en ámbar, lo más suave es decir que es imposible y falso de toda falsedad, y que es de pésimo gusto traer a colación el accidente de Santiago.

Se habla al final de un “verdadero calvario”. Verdadero y calvario.

Tienes leído otros artículos de mayor precisión de este médico, pero cuando se dedica a sus zapatos.


(Del pie de foto no echas la culpa al galeno).